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Mostrando entradas de agosto, 2025

SUEÑOS INCOMPLETOS

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  C U E N T A C U E N T O S cuentacuentosconmoraleja.blogspot.com SUEÑOS INCOMPLETOS   EL ARTE DE CREAR Una vez dada por concluida su obra maestra, el escultor oculta su creación con una simple sábana blanca que tan solo deja imaginar lo que puede guardar su interior. Meses de trabajo, trabajo físico y mental. El creador de la escultura necesita toda su mente e imaginación para dar vida a un pedazo de mármol en estado bruto. Comienza eliminando con destreza pero mucha firmeza, todo el sobrante que impide ver lo que guarda en su interior la enorme masa de piedra. Una vez eliminado gran parte del envoltorio, con suma delicadeza, ejecuta brillantes movimientos de cincel que va dejando al descubierto la auténtica perfección, con gran precisión, día a día, hace realidad su imaginación. Solo el amor que dedica cada día a su creación, hace que mantenga largas conversaciones con ella, día a día la susurra lo orgulloso que se siente de ella. Día a día, se siente el creador de la perfec...

EL ZURRÓN DE MONEDAS

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  C U E N T A C U E N T O S El Zurrón de monedas Erase que se era en Oriente hace muchos muchos años una ciudad en la que vivía un hombre muy muy rico, rico y como suele ser muy muy tacaño. Topamý, que así se llamaba aquel personaje, no conocía la generosidad. Cuanto más tenía más quería. No gastaba más de lo preciso y le gustaba presumir de su riqueza. Topamý paseaba a diario por el mercado de la ciudad presumiendo de allá para acá pero sin comprar demasiado, y cuando lo hacía era en los puestos con más afluencia de gente para exhibir su zurrón repleto de monedas de plata y oro. Siempre salía de casa con cien monedas de plata y diez de oro, siempre la misma cantidad, ciento diez monedas que contaba al salir y al entrar en casa. En esa misma ciudad vivía un muchacho que cuando salía del colegio ayudaba a su madre vendiendo ajos en el mercado. Desde que su padre falleció era él quien se ocupaba del trabajo. El joven, que era algo alocado, soñaba con ser el mejor vendedor de ajos...

MI AMIGO EL ARBOL

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  CUENTACUENTOS Erase que se era Mi Amigo el Árbol Estaba enfadado, muy enfadado consigo mismo. Todo el día conduciendo por aquella solitaria carretera, dejó tras de sí cuatro estaciones de servicio en cuatrocientos kilómetros, incluso paró en uno de ellos a comer un bocado y beber un refresco. Cómo es posible que no se diera cuenta de que la gasolina bajaba durante el viaje. Es la primera vez que le pasa, siempre ha estado pendiente de todos los detalles del coche en los viajes. Sin embargo hoy, allí estaba, apoyado en su coche esperando a que algún despistado pasara por allí y le echase una mano.  Cuando daba todo por perdido, se percató de que se aproximaba a los lejos una vieja camioneta. Sus pasos eran cortos pero seguros, no como su coche que sin previo aviso le dejó tirado en la cuneta.  Cuando quedaba cerca de un kilómetro para que llegara a su posición, se colocó en mitad de la carretera con los brazos en cruz y movimientos llamativos para hacer ver al conductor...